Orange llegó a patrocinar durante años una sala de conciertos que también funcionaba como discoteca, pero su licencia era de restaurante.
Orange fue durante años algo más que un operador. Desde 2009 hasta 2013 patrocinó una sala de conciertos de Madrid bajo el nombre de Orange Café. Con aforo para 250 personal, el local era uno de los pocos de la ciudad donde se podía disfrutar de actuaciones en directo, sin embargo los últimos años el local sufría unas pérdidas económicas considerables debido a la bajada de clientela.
Sin embargo el motivo real del cierre fue otro, ya que la Gerencia de la Agencia de Gestión de Licencia de Actividades del Ayuntamiento de Madrid comunicó a los responsables que el local no tenía licencia de funcionamiento como discoteca, ya que entre semana ofrecían conciertos pero el fin de semana su funcionamiento era similar al de una discoteca. Su licencia era como restaurante de espectáculos, pero desde hacía muchos años que no se servían comidas en el mismo.
El elevado coste que suponía adaptar el local hizo inviable la continuadad de Orange Café. Desde entonces Orange no ha vuelto a patrocinar ninguna otra sala en España. El día de la inauguración de Orange Café los clientes del operador pudieron ver de cerca en concierto a la Oreja de Van Gogh teniendo incluso la oportunidad de saludarles. Esta era la experiencia real que Orange quería ofrecer a sus clientes con esta sala, cuyos eventos se ofrecían en la web www.soyorangecafe.com, cuyo dominio en la actualidad se encuentra cerrado y redirigido a la web del operador.
La idea de la sala no era que un usuario la visitase y saliera pensando en contratar un servicio con Orange. De echo en la sala no se distribuían productos de la empresa. Ignacio de Orúe, encargado en Orange de este proyecto indicaba que ‘simplemente buscaban que los clientes supieran que estaban ahí, trabajando en actividades que les interesan, intentando hacer las cosas más agradables y fáciles. Esto tiene que ver con una variable menos racional y más emocional de la marca’.