El mercado veía una oportunidad ya que miles de socios no podían acudir al estadio, pero la crisis económica en las familias ha sido más fuerte.
Tiempo difíciles para invertir cifras millonarias en fútbol. Con la llegada del Covid-19 y ante la ausencia de los espectadores en los estadios el mercado esperaba una petición más o menos masiva de altas en contenido deportivo. ‘Si el socio no puede ver a su equipo en su estadio, pedirá verlo desde casa‘, se pensaba. Algo que beneficiaba a Orange y Movistar.
Sin embargo con el tiempo hemos visto que el ejercicio vivido ha sido el contrario, Movistar y Orange pierden clientes de televisión a favor de Vodafone que no emite el fútbol. Algo que no solo beneficia a Vodafone en clientes, también en costes, ya que no tiene que hacer frente a la millonaria cifra que supone emitir el fútbol cada año.
La crisis junto con la irregularidad de las competiciones, clave.
La realidad ha sido distinta por un factor clave, la situación económica de las familias no es buena y el fútbol no es un bien esencial y por tanto es motivo para reducir costes. Esto unido a la irregularidad de la competición, hace que hasta los mejores aficionados decidan darse de baja del fútbol con su operador hasta que la competición se vuelva estable.
Muchos bares también han decidido dar de baja el fútbol después de permanecer cerrados y sin poder sacar su televisor a la terraza con posterioridad.
Este es el principal motivo que ha llevado a Movistar y Orange a ‘tirar’ los precios del fútbol a través de ofertas que han provocado el precio más económico del mercado visto en los últimos años. Esto no garantiza el retorno de la inversión realizada en el deporte rey, pero está claro que una tendencia con pérdida de clientes sería aún más catastrófico.