Los clientes afectados tienen que cambiar su servicio de cobre a fibra en el plazo máximo de un año, antes de que se produzca dicho cierre.
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ha autorizado a Telefónica el cierre completo de la central de Barcelona, una de las más emblemáticas e importantes de la ciudad. El despliegue de la nueva red de fibra óptica trae consigo abonar progresivamente la tradicional red de cobre y cerrar alguna de estas centrales para reducirlas en cantidad.
Telefónica tiene interés en cerrar una central de cobre si los usuarios disponen de tecnologías alternativas, de esta forma deja de dar servicio a la red de cobre y reduce sus costes. Como este cierre tiene impacto sobre otros operadores que utilizan su red, es necesario que la CNMC autorice en algunos casos el cierre de cada central después de realizar un análisis del mercado afectado.
Hasta la fecha más de 191 centrales han cerrado y 613 centrales han notificado su cierre. Desde la comunicación de cierre de Telefónica tiene que pasar un año para cerrarlo. Durante este plazo puede seguir utilizándose el cobre pero los diversos operadores y clientes tienen que buscar alternativa. Desde febrero de 2017 la web de la CNMC publica el listado de centrales cerradas o en proceso.